miércoles, 7 de agosto de 2013

AJUSTES A UNA REALIDAD EDUCATIVA …



Punto de vista personal.
Como docente a nivel superior nos encontramos todos los años con una gran brecha educativa entre las nuevas generaciones que inician la vida universitaria y aquellos que ya han despertado del letargo: “aún no sé lo que quiero…”

La observación es válida para cuestiones académicas, temas básicos, tales como matemáticas, español (haciendo alusión a gramática, ortografía, redacción, entre otras) y al conocimiento general, que todo adolecente debe apropiarse; como también, la observación en cuestiones puramente enmarcadas en cultura general, de conductas, de ideologías, de sueños por lograr entre otros aspectos.

Mirando el futuro y aterrizando en la realidad, se nos entrega una generación adolecida en muchos aspectos que son relevantes para el éxito en el ambiente universitario.  En nuestro quehacer docente, notamos la falta de motivación y la desubicación de la “necesidad personal versus realidad”.

Buscar estrategias para conectar a nuestros participantes, motivarlos, abrir los nuevos horizontes en la búsqueda del conocimiento tan esperado y necesario; debe ser prioridad en el arte de educar. 

Probablemente sea mucho más fácil trabajar con grupos que finalizan una carrera, ya que han pasado varios filtros, han adquirido los puntos de vista de varios docentes y les estimula la idea de ingresar al área de especialidad; incluyendo intrínsecamente la independencia económica a la cual muchos les limita.

Por otro lado, ¿quién se preocupa de aquellos que no logran obtener la “luz inicial”, o diciéndolo de otra manera, aquellos que no encuentran el camino correcto a la superación deseada?
Tenemos pues, que recurrir a estrategias diversas, de acuerdo al nivel que nos enfocamos, diagnosticar y llevarlos a una media inicial, con la cual se puede entonces valorar un inicio del aprendizaje; pues nos encontramos con una realidad, y ésta se refiere a las diferencias marcadas del producto final de la educación media, asunto que recibimos de diversas regiones.

Viendo el panorama de forma general, encontramos pues un caldo de cultivo “cociéndose”, ejerciendo nuevas fórmulas para cada generación, con ingredientes tan finos como las especies mismas que forman una suculenta comida.  Dentro de estos ingredientes se encuentran como base la motivación, el dominio de temas que deben ser la fuente de inspiración de quienes reciben formación, pero que no es suficiente hoy día para capturar la atención y abrir espacios de aprendizaje; otro de los elementos que no pueden faltar es el ejemplo, es la experiencia en el área, aquellas anécdotas que resultan ser únicas, que suelen ser la conexión con la realidad del medio; éstas son la base para iniciar la relación docente-discente.

Resulta pues, que hoy día se requiere más que el dominio académico, se requiere de saberes actuales, de conocimientos adicionales, asuntos relacionados con tecnología, saberes relacionados al “saber hacer”, entendemos que unir conocimientos o experiencias de generaciones  a conocimientos actuales es el mayor reto por romper, en el docente actual.   Pues la otra cara de la moneda se encuentra precisamente en ese lapso; en el que los docentes no logran la conexión  en el aprendizaje, obteniendo así resultados mediocres o de poca calidad.  Construir el aprendizaje constituye la “multitud de pensamientos”, la unión de ideas que pueden ser de un participante o de varios, pero que resulta de un trabajo en colaboración.  

¿La falla se encuentra en la metodología, en la estrategia, o en el docente?  Sea cual fuere debe ser superada, debemos esforzarnos por encontrar,  por cada grupo que tratamos, el factor que debilita el aprendizaje, reforzar y mostrar la mejor técnica posible, en fin asegurarnos que el aprendizaje sea significativo.

¡Qué poco resultados obtenemos, en comparación con el ansia de aprender que existe!  Pensamiento que cada día debe ser nuestro norte… 

Buscamos el cambio en positivo, me acompañan cada uno de mis participantes, pues comprenden la importancia de crecer en conocimiento, de crear la diferencia, marcando así su esfuerzo y compromiso por la construcción de su propia educación.

Moraleja:
Una golondrina no hace verano, pero la anuncia!  Dicen algunos.
Así es que, el cambio no debemos postergarlo más.   Cambiar es fácil, aceptar que necesitamos hacerlo es lo difícil.  Procura verte en el espejo de la realidad, no la tuya como docente, sino la del participante como alumno; para crecer y obtener lo mejor de quienes tienen poca oportunidad de demostrar que con una buena guía logran todas las metas que se les proponga obtener.