domingo, 27 de octubre de 2013

INNOVANDO...


Introducir aspectos de competencia en el currículo.  ¿A favor, o en contra de la corriente?


Hemos terminado un postgrado, enfocado en Recursos Humanos, en donde la propuesta era resaltar aspectos que fortalecieran las competencias básicas en tecnología, en redacción, en comunicación vía redes sociales, entre otros aspectos; favoreciendo así a cada participante sus habilidades y que al unísono pudieran poner en práctica conocimientos que combinaron con mucha creatividad.

En un inicio, se presentó como un reto; reto que parecía imposible de lograr.  Sin embargo partimos de conceptos muy motivantes; de charlas muy breves sobre los cambios tecnológicos actuales, del uso casi obligado de herramientas informáticas, que éstas existen de forma gratuita, de aspectos tan importantes como el uso correcto de las Normas APA, sitios especializados, espacios en la web que sirven de repositorio (almacenamiento de información), entre muchos datos más.

Realmente cuatro semanas, con dos sesiones presenciales por cada semana, se hizo un tiempo muy corto; y bastante agotador.  Lo interesante es el uso del "tiempo a distancia"; en un sistema al cual los participantes logran aprovechar al máximo.  La base temática de trabajo se manejó centrado en Salarios y Remuneraciones; aspectos relevantes en nuestro medio (para la empresa privada y el sector público).

Todos sintieron el curso muy pesado; y sí, fue agotador.   La pregunta principal estará basada, más que nada en:  ¿Realmente los conocimientos serán utilizados en su futuro profesional?

Dentro de los trabajos solicitados, estaba uno que resulta muy interesante por su contenido tan complejo; y es el Diario Pedagógico.

Técnica, que tiene una capacidad de concentrar información que nunca se evalúa; en donde las rúbricas no se "atreven" a medir lo que impacta realmente al participante.

En esta ocasión; propuse que fuera de libre elección, que la herramienta electrónica para presentar el Diario era de acuerdo a la creatividad de cada participante; no deja de sorprenderme, lo que esto representa para cada individuo... el término "creatividad", es representado por "libertad de expresión".

Entonces, en este proceso encontramos un cofre de tesoros educativos... de puntos de vistas mucho más amplios que los definidos al inicio del curso; cada momento educativo se figura desde una perspectiva única.  Me resulta increíble y conmovedor cómo podemos impactar en la vida de cada participante.

Bien, para aclarar el escenario áulico: un equipo informático, sin acceso a internet.   El curso se montó en la plataforma de trabajo Moodle, desconocido para la mayoría de los participantes.   Retos como los temas a profundizar combinando cada taller y cada trabajo con una metodología de presentación diferente, apoyados siempre en la tecnología; hizo que se apropiaran de por lo menos de cinco recursos completamente gratuitos.

Con una dinámica basada en desarrollar desde selección, valuación de puestos; ejemplificar con la realidad vivida y llevar todo a la culminación de una planilla, apoyados en la hoja de cálculo Excel; requiere de una total convicción de que es parte de nuestra vida diaria, de que aún no siendo un tema directo en el puesto de trabajo que desarrollan, es "el" tema que a todos interesa.

Las preguntas eran de increíble variedad, aportes por cada ejemplo, por cada propuesta se ampliaba el abanico de comentarios; muy enriquecedor.

En lo personal, cuatro horas por sesión pasaban muy rápido...

El asunto es ¿Logramos crear conciencia? No hay mayor satisfacción que el saber que nuestros conocimientos fueron tomados en cuenta, que el esfuerzo es válido en todas las direcciones y que los diferentes momentos educativos se impartieron en forma precisa.

Fue un honor compartir con el grupo...

Gracias por brindarme la oportunidad de participar en su crecimiento educativo.



miércoles, 7 de agosto de 2013

AJUSTES A UNA REALIDAD EDUCATIVA …



Punto de vista personal.
Como docente a nivel superior nos encontramos todos los años con una gran brecha educativa entre las nuevas generaciones que inician la vida universitaria y aquellos que ya han despertado del letargo: “aún no sé lo que quiero…”

La observación es válida para cuestiones académicas, temas básicos, tales como matemáticas, español (haciendo alusión a gramática, ortografía, redacción, entre otras) y al conocimiento general, que todo adolecente debe apropiarse; como también, la observación en cuestiones puramente enmarcadas en cultura general, de conductas, de ideologías, de sueños por lograr entre otros aspectos.

Mirando el futuro y aterrizando en la realidad, se nos entrega una generación adolecida en muchos aspectos que son relevantes para el éxito en el ambiente universitario.  En nuestro quehacer docente, notamos la falta de motivación y la desubicación de la “necesidad personal versus realidad”.

Buscar estrategias para conectar a nuestros participantes, motivarlos, abrir los nuevos horizontes en la búsqueda del conocimiento tan esperado y necesario; debe ser prioridad en el arte de educar. 

Probablemente sea mucho más fácil trabajar con grupos que finalizan una carrera, ya que han pasado varios filtros, han adquirido los puntos de vista de varios docentes y les estimula la idea de ingresar al área de especialidad; incluyendo intrínsecamente la independencia económica a la cual muchos les limita.

Por otro lado, ¿quién se preocupa de aquellos que no logran obtener la “luz inicial”, o diciéndolo de otra manera, aquellos que no encuentran el camino correcto a la superación deseada?
Tenemos pues, que recurrir a estrategias diversas, de acuerdo al nivel que nos enfocamos, diagnosticar y llevarlos a una media inicial, con la cual se puede entonces valorar un inicio del aprendizaje; pues nos encontramos con una realidad, y ésta se refiere a las diferencias marcadas del producto final de la educación media, asunto que recibimos de diversas regiones.

Viendo el panorama de forma general, encontramos pues un caldo de cultivo “cociéndose”, ejerciendo nuevas fórmulas para cada generación, con ingredientes tan finos como las especies mismas que forman una suculenta comida.  Dentro de estos ingredientes se encuentran como base la motivación, el dominio de temas que deben ser la fuente de inspiración de quienes reciben formación, pero que no es suficiente hoy día para capturar la atención y abrir espacios de aprendizaje; otro de los elementos que no pueden faltar es el ejemplo, es la experiencia en el área, aquellas anécdotas que resultan ser únicas, que suelen ser la conexión con la realidad del medio; éstas son la base para iniciar la relación docente-discente.

Resulta pues, que hoy día se requiere más que el dominio académico, se requiere de saberes actuales, de conocimientos adicionales, asuntos relacionados con tecnología, saberes relacionados al “saber hacer”, entendemos que unir conocimientos o experiencias de generaciones  a conocimientos actuales es el mayor reto por romper, en el docente actual.   Pues la otra cara de la moneda se encuentra precisamente en ese lapso; en el que los docentes no logran la conexión  en el aprendizaje, obteniendo así resultados mediocres o de poca calidad.  Construir el aprendizaje constituye la “multitud de pensamientos”, la unión de ideas que pueden ser de un participante o de varios, pero que resulta de un trabajo en colaboración.  

¿La falla se encuentra en la metodología, en la estrategia, o en el docente?  Sea cual fuere debe ser superada, debemos esforzarnos por encontrar,  por cada grupo que tratamos, el factor que debilita el aprendizaje, reforzar y mostrar la mejor técnica posible, en fin asegurarnos que el aprendizaje sea significativo.

¡Qué poco resultados obtenemos, en comparación con el ansia de aprender que existe!  Pensamiento que cada día debe ser nuestro norte… 

Buscamos el cambio en positivo, me acompañan cada uno de mis participantes, pues comprenden la importancia de crecer en conocimiento, de crear la diferencia, marcando así su esfuerzo y compromiso por la construcción de su propia educación.

Moraleja:
Una golondrina no hace verano, pero la anuncia!  Dicen algunos.
Así es que, el cambio no debemos postergarlo más.   Cambiar es fácil, aceptar que necesitamos hacerlo es lo difícil.  Procura verte en el espejo de la realidad, no la tuya como docente, sino la del participante como alumno; para crecer y obtener lo mejor de quienes tienen poca oportunidad de demostrar que con una buena guía logran todas las metas que se les proponga obtener.

martes, 30 de julio de 2013

La calidad en la educación superior no se encuentra en lo que se enseña, sino en lo que se aprende.



La educación y el conocimiento.

La humanidad ha entrado en una aborigen de cambios.

Procesos de cambios que han marcado esta época como una nueva era civilizatoria, donde la educación, el conocimiento y la información juegan un papel predominante en el quehacer  globalizado.

Lo fundamental para mejorar la calidad educativa no es cambiar los planes de estudio, ni aumentar indiscriminadamente los sueldos de los docentes, ni siquiera reducir el porcentaje de estudiantes por docente, sino elevar la calidad del mismo docente.

“El reto fundamental al que los líderes de los sistemas educativos se enfrentan es como conducir sus sistemas a través de un proceso que lleve a mejores resultados de los estudiantes”, según el estudio McKinsey. (Oppenheimer, 2010).

Se cae de su peso lo inverso, es decir, el impacto negativo reflejado en la sociedad, de un bajo rendimiento en el aprendizaje de los estudiantes.

Entonces, ¿debemos buscar una fórmula en donde la selección del docente sea por atributos específicos del rendimiento de sus participantes, no de los “quehaceres académicos” que éste posea?

Una medida frecuente ha sido cambiar la formación docente para que los futuros docentes   organicen la actividad tomando en cuenta la voluntad y el interés del alumno, es decir, el método elegido ha sido insistir en la obligación del docente de crear un interés en el alumno por el aprendizaje, más que en exigir un esfuerzo por parte del alumno. (Enkvist, 2010).


¿Qué países están haciendo bien las cosas?

Existen muchos países exitosos en educación, no cuesta mirar lo que están “haciendo bien” en ese sentido.  Tenemos por ejemplo Finlandia, Corea del Sur, Holanda, Australia, Inglaterra, entre otros que lideran el cambio educativo.


Por otro lado un benchmarking,  que puede definirse como un proceso sistemático y continuo para evaluar comparativamente los productos, servicios y procesos de trabajo en organizaciones educativas, no sería una locura.  Analizar, por ejemplo el caso de Brasil, con su movimiento Todos por la Educación; o Israel con La Educación es Todo;  El sistema de selección para el educador de Inglaterra, o el sistema Finlandés, el estatus social que gozan los docentes en Corea del Sur; o el análisis de programas de estímulos del presidente Obama llamado Carrera hacia la Cima.   Todos ellos con unas metas muy claras, el sobresalir educativamente hablando, apostando el futuro de sus naciones por medio de la educación, por la calidad de la educación.

 ¿Que entendemos por Calidad en Educación Superior?



Jacques Hallak dice que “la palabra calidad es una de las más honorables, pero también una de las más rebaladizas en el léxico educativo”.  El concepto de calidad es como el concepto belleza.  Todos sabemos o percibimos lo que es, pero encontramos difícil definirla.


El diccionario de la Real Academia Española nos dice que calidad es la “propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una cosa, que permite apreciarla como igual, mejor o peor que las restantes de su especie”.


La Declaración Mundial sobre educación para Todos (Jomtien, 1990): “La calidad de la educación se hace realidad en los aprendizajes cualitativamente relevantes.  La calidad no está en lo que se enseña sino en lo que se aprende, por lo que en la práctica dicha calidad está cada vez más centrada en el propio sujeto educativo”.


Entre los componentes capaces de generar aprendizajes relevantes y progresivamente de calidad, este autor subraya no solo la concepción renovada de los aprendizajes sino también el currículo contextuado; la formación, perfeccionamiento y condiciones de trabajo de los educadores; la participación de los actores del proceso educativo; la gestión moderna de la educación y la calidad misma de la institución educativa.


Entonces, calidad en la educación superior carece de sentido si deja a un lado a quien sirve y por el cual se fundamenta:  la sociedad.    Ésta exige un producto que genere eficiencia y sea eficaz en las áreas productivas de la sociedad.


Asegurando la Calidad Educativa



El desarrollo de una Educación Superior de Calidad representa en la actualidad todo un reto para las sociedades y los gobiernos; es algo que requiere recursos, tiempo y, especialmente, decisiones adecuadas para invertirlos en la forma correcta.

Implica aspectos como continuidad, metodología, estrategias y sobretodo el respaldo institucional para lograr en su producto final aspectos básicos como eficacia, efectividad, eficiencia; todos estos aspectos deben ser congruentes  en el logro de la eficiencia educativa.


El mecanismo de aseguramiento de la calidad se relaciona con la gestión, la dirección, la participación, la discusión, la filosofía, los valores, la ética y la cultura organizacional y tienen como referente la eficiencia y la eficacia de los actores del proceso; de los procesos, de los productos y servicios, y del sistema integral.


Dirigido a la persona, al docente, al funcionario, es decir, al ente humano que hará posible que la calidad se establezca como denominador común del diario vivir universitario.


También, es necesario que la información sea transcendida y donde la toma de decisiones, tengan un carácter participativo.  

Entonces,  podríamos decir que el aseguramiento de la calidad sólo sería posible sustentarlo,  cuando se vuelva una actitud y una cultura colectiva, socialmente reconocida, ejercida y signicativamente trascendente.
 

Entonces, es un asunto de todos… a evaluarnos!


Para hacer de la educación superior un asunto de todos, es necesario concientizarse que la Universidad existe para el hombre y para la sociedad, por ello, debe promover un diálogo inteligente y permanente con la realidad educativa, con el país, donde los diferentes sectores productivos de bienes y servicios, entidades del Estado, organizaciones civiles y otros interesados, unan sus esfuerzos en una alianza educativa hacia la transformación social del país.


Hay que señalar que la evaluación y la acreditación son herramientas, no la solución final.  


Tomando las ideas de  CarLos Tünnermann Bernheim(2008), eminente experto sobre el tema, quien promueve  el mejoramiento de la calidad y la integración de la educación superior centroamericana; con la aceleración del desarrollo integral de la región.
   

Aplicando estrategias apropiadas para diseñar respuestas conjuntas, comunes y coordinadas a los desafíos que plantea el actual proceso de globalización en el campo de la educación superior; cuando menciona: “El reconocimiento a escala regional de la acreditación de la calidad de la educación superior, coadyuvará al reconocimiento internacional de la calidad de títulos y grados, a la movilidad académica y a fortalecer el reconocimiento internacional de la calidad de los programas e instituciones de educación superior acreditados”.


Evaluar solamente tiene sentido si existen las condiciones para consolidar o solucionar.         


La evaluación debe estar acompañada de políticas creativas para mejorar aspectos como la eficiencia terminal, la preparación de profesores, los sistemas administrativos, o la producción científica. 


Estos son aspectos que requieren políticas y fondos a largo plazo, que muchas veces ameritan continuidad aún cuando la evaluación no demuestre mejoramientos a corto plazo. En otras palabras, los procesos de evaluación y acreditación no sólo deben indicar los niveles deseables para el sistema, sino también proporcionar incentivos o condiciones para que las instituciones puedan planificar estrategias para lograr las metas.


Entonces nos preguntamos ¿qué tipo de producto deseamos obtener? ¿Estamos logrando la pertinencia apropiada o acorde a nuestros tiempos?, tenemos pues una serie de retos que enfrentar, comenzando con la “cultura organizacional educativa de calidad continua”.



Algunas conclusiones...

Está visto  que  la acreditación a nivel superior es un terreno fértil, en cuanto a todo lo que se necesita para lograr la excelencia educativa.
 

Uno de los principales puntos en que convergen todas las ideas son el asunto económico, las políticas que brinden el espacio apropiado y la voluntad de todos para el fortalecimiento de la calidad educativa.


¿Son los entes que nos representan como país quienes deben preparar las condiciones necesarias?
Hay que repensar esta propuesta, pues nos afecta a todos, sociedad actual y futuras generaciones...
 

Por otro lado, la adaptación de todo el engranaje que garantice la calidad educativa a nivel superior requiere ser ajustada constantemente, pues  somos y estamos en condiciones diferentes al resto de la región Centroamericana.


Logremos unidad para progresar, ideas constructivas y proactividad en el tema educativo; y entre todos la mejora continua se dará.


                                 Sheyla V. Calderón, Julio 2013.


FUENTES CONSULTADAS:


Enkvist, I. (2010). El éxito educativo finlandés. Bordón. Revista de pedagogía, 62(3), 49-67.



Bernheim, C. T. PERTINENCIA Y CALIDAD DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR.



Bernheim, C. T. (2008). La calidad de la educación superior y su acreditación: la experiencia centroamericana. Avaliação: Revista da Avaliação da Educação Superior (Campinas), 13(2), 313-336. Retrieved July 05, 2013, from http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1414-40772008000200005&lng=en&tlng=es. 10.1590/S1414-40772008000200005




Opeenheimer A. (2010). ¡Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado  y las 12 claves del futuro. Editora Géminis. Colombia.




Rollin Kent Serna. (1996). Evaluación y acreditación de la educación superior latinoamericana: razones, logros, desafíos y propuestas. Documento preparado para Conferencia Regional sobre Políticas y Estrategias para la Transformación de la Educación Superior en América Latina y el Caribe, La Habana, Cuba.